Llegó a una situación de hartazgo por la falta de agua y resolvió "dar un portazo". Ayer, a las 12.30, el fiscal Washington Navarro Dávila cerró las puertas de la fiscalía. "Llevamos dos meses sin agua en el baño de la fiscalía. A pesar de que hicimos los reclamos pertinentes, no están dadas las condiciones de higiene y salubridad para trabajar", manifestó el representante del Ministerio Público. Mientras explicaba la decisión se retiraban sus colaboradores de la fiscalía.
Esa drástica decisión ya había sido anticipada por Navarro Dávila al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Antonio Estofán, al ministro Fiscal Luis De Mitri y a la secretaria de la Superintendencia del Poder Judicial, Gabriela Blanco. El martes, el fiscal les había presentado una nota en la que informaba que si no resolvían el viejo problema, se vería obligado a cerrar la oficina.
Un caño roto
El fiscal manifestó que el problema comenzó a fines de junio. El caño que provee el suministro de agua en ese sector del edificio ubicado en avenida Sarmiento y Laprida se rompió, y a pesar de los reclamos de Navarro Dávila no fue arreglado.
"No podemos esperar a que vengan ingenieros de la NASA para que se solucione el problema. En esas condiciones no podemos trabajar", afirmó el funcionario judicial.
En la Fiscalía de Instrucción de la V° Nominación trabajan 18 empleados, y los que cumplen tareas durante la tarde permanecieron junto a Navarro Dávila en el pasillo hasta casi las 16, cuando comenzó el horario de atención al público.
A otro baño
Después de tres horas y media, el fiscal reabrió las puertas de la oficina. Según trascendió, el fiscal Navarro Dávila recibió un apercibimiento por el revuelo que se generó a partir de su reclamo en público. Fuentes tribunalicias dijeron ayer a LA GACETA que el Ministerio Fiscal, a cargo de Luis De Mitri, habría exigido al fiscal Navarro Dávila que se abstenga de tomar medidas sin consultar a sus superiores. Por esa razón, el fiscal involucrado reabrió la oficina durante el turno tarde. Sin embargo, el personal debió utilizar el baño de la Fiscalía de Instrucción de la II° Nominación. "Hablé con el fiscal Carlos Albaca y me dijo que ellos tenían agua y puso a disposición las instalaciones", comentó Navarro Dávila.
Infraestructura
El problema del agua potable en los tribunales penales afecta a varias oficinas, y se visualiza directamente en la falta de higiene. Los baños ubicados en el área de las salas de juicio oral no cuentan con el suministro de este servicio, al igual que los sanitarios públicos de la planta baja.
Incluso, según comentaron fuentes tribunalicias, el lunes en las oficinas del Ministro Fiscal no había agua. "Sólo los baños de las oficinas que se encuentran hacia avenida Sarmiento tienen agua constantemente, porque tienen conexión directa a la calle", reveló una fuente de una fiscalía de Instrucción.